¡Saludos desde la Asturias más rural! Como veis, hemos pasado otro finde estupendo en casina, viendo pasar las vacas de nuestra vecina por delante de nuestra puerta (aunque no colaboran posando para las fotos, como las jirafas de Samburu):
Aunque el otoño es una época fantástica para disfrutar de Asturias y los colores del bosque, el plan esta vez era simplemente quedarse en casina descansado y comiendo:
Aunque también tenemos anécdota, puesto que nuestro buzón estaba a rebosar de postales internacionales... ¡pasadas por agua! Alguna ha debido experimentar un viaje bastante agitado, jeje. Menos mal que un poco de calorcito de chimenea lo pudo solucionar:
¿Y qué hay de nuestra huertina? Pues los rabanitos prometían, pero se han quedado a medias y ahora me temo que sirven de alimento para caracoles, grrrr.
El que sí está creciendo con ganas es el fresno que trasplanté este verano por eso estoy tan contentina:
- ¡Mira, Clicka! ¡Una seta gigante! Si me pongo un gorrito rojo me convertiría en un trasgu, jaja.
+ Ten cuidado, Click, a ver si aparece por ahí un ratón hambriento, que esa seta ya tiene marcas de mordiscos...
- Bueeeeeeno... Pues me cambio de sitio y me siento sobre estas otras que han crecido así de ordenadas sobre el tocón de la entrada:
+ Mira, Click, qué magnífico ejemplar de physcia stellaris, una especia de liquen.
- ¡Ah! ¿Pero que me vas a dar una chapa micológica hoy?
+ ¡Pero si has empezado tú!
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