lunes, 30 de diciembre de 2019

Torneo de Sumo en Nagoya

¡Konnichiwa! Tras el inciso navideño, retomamos nuestro periplo japonés. El shinkanshen nos llevó en menos de dos horas a la grande e industrial Nagoya. Desde nuestra habitación en el piso 22 de un hotel teníamos unas estupendas vistas de la ciudad. Las fotos nocturnas quedaron espectaculares:


Y es que Nagoya está lleno de rascacielos llamativos. Por ejemplo, la Spiral Tower donde, además de centros comerciales y oficinas, hay ¡un colegio y dos institutos! ¡Yo quiero dar clase allí!


Comimos en el Antico Café de la JR Towers, donde decidí que el postre merecía ser importado de inmediato a nuestros menús habituales: tostada calentita con una gran bola de helado encima y bien regado con caramelo. ¿Por qué no se me habría ocurrido antes?

Visitamos luego el castillo, muy bonito pero todo reconstruido hace apenas unos años. Como Click bien sabe, a eso se le llama "falso histórico".



Pero ¿por qué hemos venido a Nagoya? ¡¡¡Por el torneo oficial de sumo!!! Fue super divertido ver a los kekos enfadados lanzando cojines al aire cuando su rikishi favorito era expulsado del dohyo. Nosotros estuvimos muy atentos a los combates, anotando los resultados y nuestras preferencias en cada categoría. Tras pasar allí toda la tarde salimos convertidos en unos expertos en este deporte tradicional. Por cierto, nuestro amigo Takatoriclick hizo una magnífica actuación:  


Nuestra siguiente parada será Osaka pero, como ya sabéis, es una ciudad que nos fascina especialmente así que hablaremos de ella más adelante, con la calma que se merece. Mientras tanto: ¡YOIOTOSIWO! (¡Feliz Año Nuevo!).

jueves, 19 de diciembre de 2019

Kawagoe y el callejón de los caramelos

Increíble pero cierto: hoy a las 6 de la mañana ya estaba despierta (y descansada, que es lo importante). Es lo que tienen los cambios de continente, que te trastocan los horarios por completo. Pero así pudimos aprovechar al máximo el día y decidimos hacer una pequeña excursión a Kawagoe, donde hacía un sol de justicia...

Empezamos visitando el Templo de los 500 Budas. Sí, eran 500 y todos ligeramente diferentes. ¿Y por qué en el interior del templo se está tan fresquito si no tienen aire acondicionado? ¿Cómo lo hacen?


Pero la principal atracción turística de este pueblo es: ¡el callejón de los caramelos! Se trata de una callecita pequeña y estrecha que sólo tiene tiendas de dulces de todos los tamaños, sabores y colores, desde kekitas de gominola minúsculas hasta galletas de metro y medio :) También había heladerías, claro. Así que nos llevó un buen rato explorar la calle, jeje: 


De regreso a Tokyo, nos acercamos al barrio de Shinjuku donde pudimos turistear el Golden Gai: se trata de un antiguo conjunto de bares (ocupan una manzana completa), tal como eran en el Período Taisho (es decir, la década de 1920). Son locales tradicionales y muy pequeños (en algunos sólo caben 6 personas ¡incluyendo al camarero!) donde beber sake y cervezas locales. Resulta curioso:


De vuelta al Shinjuku moderno, hicimos una parada para comer a base de ice coffee y crepes con chocolate:


Pensaréis que ya debíamos estar saciados de dulces tras la visita a Kawagoe pero es que necesitábamos energías para lo que queda del día: regresar al cruce de Shibuya y asistir a un concierto de J-pop al lado de nuestro hotel. Resulta bastante chocante ver varias docenas de maduros kekos de traje y corbata coreando las canciones de las jovencísimas cantantes. Cosas de Japón...


viernes, 13 de diciembre de 2019

Tokyo - Odaiba

¡Hola! Tal como os presentamos hace poco, vamos a empezar la narración de nuestro II Verano en Japón. Tras un vuelo tranquilo y bastante decente en lo que a comida de aerolíneas se refiere, llegamos a nuestra querida Tokyo :)

Tal como nos temíamos, ya hacía bochorno desde por la mañana temprano pero aún así nos acicalamos (aquí estoy de nuevo con mi kimonito) y nos fuimos a visitar el Koishikawa Korakuen, un parque del siglo XVII vinculado, cómo no, con la familia Tokugawa: 


Después paseamos por Kagurazaka, el tradicional barrio de geishas (aunque en Tokyo apenas quedan 30, ya que actualmente prefieren establecerse en Kyoto). Lo curioso además es que hoy es también barrio universitario, así que es una combinación interesante. Y apunte gastronómico importante: probamos los dulces pekochanyaki, una especie de pancake relleno de pasta de judías rojas anko... ¡que está riquísimo!

Luego llegó el jet-lag y tuvimos que volver al hotel a dormir.


Al día siguiente cambiamos de registro y nos fuimos a la cercana isla de Odaiba a empaparnos de modernidad. Odaiba fue acondicionada como fortaleza defensiva contra ataques navales en 1853, justo el año que, ironías de la vida, llegaría el Comodoro Cleckrry y obligaría a Japón a abrir sus fronteras. Actualmente es una popular zona de ocio, a la que se accede a través de un tren completamente automatizado.

En primer lugar visitamos el edificio que Clenckzo Tange diseñó para la Fuji TV (productora de muchos famosos animes), donde pudimos meternos en uno de los platós y alucinar un poco con la tienda de regalos: 



Siguiente parada: el Miraikan o museo de ciencias y robótica. En el exterior: el gundam, un robot gigante que a determinadas horas cambia de postura. ¡Nah! Cuatro lucecitas y los cuernos de la cabeza que se mueven: 


Para compensar el fiasco nos fuimos a comer a un restaurante temático... ¡Hello Kitty! :)


Seguimos con el recién estrenado Mori (museo de arte digital) y la Toyoclack megastore que en realidad es una recreación del Tokyo de los años 60. La pecualiaridad es que la tienda de regalos... ¡es el concesionario de coches!


Un día muy completo pero aún tuvimos tiempo de añadir una visita más: Soshigaya Okura ¡el Barrio de Ultramán! Aquí nació el famoso y muy querido por Click personaje de Ultramán. Y todo el barrio gira en torno a él: las fuentes, las farolas, los semáforos, etc.


Lo mejor para recuperar energías tras un día tan largo era cenar una buena parrillada de carne en una izakaya local mientras vemos otakus paseando por la calle. Lo normal, jeje.


domingo, 8 de diciembre de 2019

¡Ladrones en el Museo!

El Museo del Prado está celebrando sus 200 años de existencia con una programación de exposiciones y eventos muy completa: nuevas salas (el Tesoro del Delfín, el Gabinete de Descanso Real), una serie de tv, conciertos... y por supuesto varias exposiciones temporales espectaculares, como la comparativa dedicada a Velázclick & Vermeer: 


Como profesora de Historia, yo también quise poner mi granito de arena y organicé una actividad especial para clase: ¡Ladrones en el Museo! Alguien había robado uno de los cuadros de Velázclick pero el mismísimo Sherclock ayudó a mis estudiantes a averiguar por dónde habían entrado, qué cuadro faltaba, descubrir pistas claves y, finalmente, atrapar al ladrón. 


Otra exposición importantísima es la que actualmente se dedica a Sofonisclack, una de mis artistas favoritas pero aún poco conocidas. Esta monográfica le devuelve al lugar de honor que le pertenece (con deciros que alguno de sus cuadros durante siglos se atribuyeron a Tiziano...).


¡Ah! También me he traído unos cuantos recuerdos. Y uno de ellos es tan especial que se merecería una entrada propia. ¡¡¡Feliz Cumpleaños, Museo del Prado!!! A por otros 200 años más :)


miércoles, 4 de diciembre de 2019

Se acercan las fechas...

¡Hola lector@s! ¿Qué tal estáis? De nuevo me pongo frente al teclado después de un breve descanso tras el mundial de rugby (a ver si llega el Six Nations pronto que ya me está entrando el mono...) aunque no os podéis quejar porque Clicka os ha mantenido bien actualizad@s.

Pero a lo que íbamos. Como bien dice el título de esta entrada ciertas fechas se aproximan y Santa Clackus y sus regalinos cada vez están más cerca. ¿Y qué mejor manera de acortar la espera que con una cuenta-atrás galáctica y chocolateada? Pues sí, Clicka (¿quién sino?) se ha encargado de organizarlo todo con un calendario de adviento lleno de azúcar y con mucha Fuerza. Esperemos que esta vez la aventura no resulte tan accidentada como hace unos años, aunque no estamos siendo muy precavidos, la verdad...


¿Y vosotros? ¿Ya habéis empezado vuestro calendario?