Agua y colores

¡Hola a tod@s! Pues como os comentaba hace poco, este verano estamos viviendo eventos irrepetibles y uno de ellos tuvo lugar en Donosti hace unas pocas semanas. Ahora que hemos vuelto de nuestras vacaciones veraniegas (¿dónde habremos estado?) tendremos más tiempo y tranquilidad para contaros esos días espectaculares por Euskadi pero antes de ello, ¿qué os parece una breve entrada para narraros las dos paradas que hicimos en el camino de vuelta?

La primera fue en Hoznayo, en la poco explorada Cantabria, para estirar un poco nuestras piernecitas y conocer la Fuente del Francés aunque tampoco supuso un gran descubrimiento (si es que llevamos muchas cascadas visitadas):

La segunda parada sí que fue más interesante ya que nos detuvimos a tomar unos pinchos en la turística Llanes. Ya habíamos estado en esta villa con anterioridad pero no lo habíamos comentado en este blog así que decidimos dedicar la tarde a recorrer sus puntos más emblemáticos como los coloridos Cubos de la Memoria de Agustín Ibarroclack, donde esta intrépida keka me puso un poco nervioso al acercarse tanto al borde:

También paseamos por su bonito y todavía funcional puerto pesquero:

Y antes de poner rumbo a Casina, no pudimos dejar de visitar una de las últimas novedades llaniscas: una menina ataviada con los colores locales que hizo las delicias de una incondicional seguidora de Velazclick como es Clicka:

Sin duda estas paradas hicieron el viaje mucho más ameno. ¿Y vosotr@s? ¿Hacéis paradas culturales en vuestros viajes o sois más de hacerlos del tirón?

Muy bonito, pero hay que cuidarlo

¡Buenas! Pues como os indico en el título, el jardín de nuestra Casina es muy bonito (¡pero que muy bonito!) aunque para que esté así hay que cuidarlo y mantenerlo con cariño, como el que demuestra nuestro jardinero al que no nos importa echarle una mano.

Por ejemplo, el otro día tocó podar y ajustar los setos, y no dude en coger de nuevo la motosierra:

Clicka tampoco se amilana y estuvo recogiendo las ramas sobrantes de los pinos con el angazu (si es que estamos aprendiendo una de cosas...):

Y estas tareas tan duras pero gratificantes también tienen sorpresas inesperadas, como este bonito pero abandonado nido que Clicka enseguida adoptó como camina salvaje:

Y si bien el jardín ha quedado precioso tras tanto trabajo y esfuerzo, ¿no está incluso más bonito con este espectacular limonero que hemos plantado?

Ya se me hace la boca agua la pensar en todas las recetas riquísimas que Clicka podrá preparar con esta fruta exquisita... Ñam, ñam...

Una rutilla cercana y bonita

¡Hola! Estos días veraniegos con horario reducido (para los que trabajamos) o inexistente (para las que no) nos permiten aprovechar las tardes para hacer excursiones por los alrededores de nuestra hermosísima Casina. El otro día por ejemplo nos acercamos a Gobiendes, cerca de Colunga, para dar un pequeño paseo que nos llevó desde su iglesia de Santiago, la cual conserva algún pequeño detalle prerrománico como nos enseña esta majísima keka:

... hasta la bonita cascada del río Obaya donde Clicka pudo disfrutar del relajante sonido del agua:

... hasta que llego un keko revoltoso a intentar impresionarla con sus habilidades en el lanzamiento de piedras al río:

Una excursión cortita pero muy agradable que culminamos echando un rápido vistazo al Palacio de Loroñe, más preparado para fotos instagramiles que para otra cosa, aunque no deja de ser bonito pese a que parece estar sufriendo cierto abandono:

¿Y vosotr@s? ¿Estáis haciendo excursiones veraniegas?

Nuevo hito alcanzado

¡Hola lectores! ¿Cómo va ese verano? El nuestro está siendo uno muy animado y lleno de eventos y emociones, y consiguiendo logros que parecían imposibles como... ¡terminar de picar toda la leña! Bien custodiada por Ricco, ha costado varios meses de trabajo y alguna que otra agujeta, pero por fin está toda lista, ordenada y preparada para cuando vuelvan a refrescar las noches piloñesas. Miradme que contento y orgulloso estoy posando al lado del último tronco:

¿Quién me iba a decir que un urbanita como yo acabaría metido en estos berenjenales? :D

Nava 2023

Como ya sabéis, no es la primera vez que disfrutamos del célebre Cleckstival de la Sidra de Nava y este año, estando tan cerquita de nuestra Villa Tongariro, no iba a ser menos. 

El concurso de cata a ciegas, y su respectiva manzana de oro, este año lo ganó un llagar de Tiñana:

La novedad es que esta edición tuvo un marcado carácter educativo. Click aprendió el vocabulario específico vinculado al escanciado y la cata...

... las distintas variedades de manzanas que se admiten para que la producción pueda lucir la etiqueta DOP (Denominación de Origen Protegida)...

... y los llagares que tienen dicho distintivo (lo cual no impide que se elabore y comercialice sidra "sin apellido"). Aquí le estoy enumerando a Click, a quien "le falta prao" XD, las que yo sí he catado en algún momento, jeje:

Y esto es sólo la primera anécdota de este verano, que se presenta movidito y lleno de eventos. ¿Nos dará tiempo a contaros todas nuestras pequeñas aventuras estivales?.

Costa del Mar Negro

La última etapa de nuestro periplo búlgaro consistía en disfrutar de las playas del Mar Negro... misión que se tornó algo difícil. Aunque sabíamos que al ser aún temporada baja no habría mucho ambiente, lo que no esperábamos al llegar a Nesebar, centro neurálgico del turismo veraniego, era estar prácticamente solos.

El paseo por su casco histórico, una pequeña isla unida al continente por una lengua de tierra artificial, fue agradable y nos proporcionó unas cuantas fotos interesantes a pesar del estado ruinoso en el que se encontraban las dos docenas de iglesias que se erigieron aquí en la edad media:

Al marcharnos nos hicimos la prescriptiva foto junto al viejo molino del siglo XVI (restaurado, claro, pero que luce así de pintoresco):

A partir de ahí las cosas se complicaron: casi todos los hoteles y negocios aún estaban cerrados, no había iluminación en las calles y el único restaurante abierto estaba abarrotado. Decepcionados, al regresar a nuestra suite rehicimos el plan del día siguiente: pequeño paseo por la kiki beach (con la noria clausurada, escenario perfecto para una película de suspense)...

Y puesta en marcha para regresar a Sofía mucho antes de lo esperado pero con una parada extra en el valle de Kazanlak, una zona famosa por sus cultivos de rosas (aunque no vimos ni una), sus docenas de tumbas de época tracia (con un deplorable sistema de visitas que incluía una réplica al precio de la original)...

... ¡y un ovni! ¡Sí! Bueno, no. Se trataba de un enorme edificio de hormigón levantado en época comunista como centro de congresos del partido (Buzludzha), y que tiene forma de ovni. Además de su tamaño desmesurado, está en lo alto de una montaña así que se ve a kilómetros de distancia.

Pero anécdotas aparte, y aunque aún pararíamos a merendar unas riquísimas tartas en Plovdiv, deberíamos terminar aquí nuestra narración porque hoy es un día importante y debemos prepararnos y ponernos guapetones. La semana que viene os contaremos por qué ;)

Camino a Plovdiv

Comenzamos el auténtico periplo búlgaro peleándonos con el GPS (¡oh, sorpresa!) para conseguir llegar a la minúscula iglesia de Boyana, aún en el área metropolitana de Sofía, y cuyo interior es una pasada de frescos medievales (hasta 3 capas superpuestas se pueden observar en alguna de sus paredes). Por eso estoy tan contentina:

Nos habían advertido del estado de las carreteras búlgaras pero os aseguramos que se circula sin ningún problema, aburrimiento aparte por lo largo de los trayectos. Brevísima parada en Kopritshtitsa, un pueblo que vive del turismo senderista en verano pero que hoy estaba vacío y no había ni donde comer. ¿Por qué decidimos visitarlo? Porque es el "Covadonga" búlgaro, a saber, aquí se produjo en el siglo XIX el levantamiento independentista contra el dominio otomano. En concreto, el primero disparo se hizo desde este puente:

Pero lo mejor fue llegar a Plovdiv, la "Salamanca" búlgara, con todo lo que ello implica de ambiente cultural, musical, fiestero... Plodvid además es la localidad con mayor número de restos romanos así que aprovechamos a hacer un poquito de patria en la tribuna del circo de cuádrigas:

Callejeamos por el bohemio barrio de Kapana, subimos al empinado y adoquinado Old Town, con sus coloridas casitas del renacimiento búlgaro (la recuperación de la cultura local tras la independencia de los otomanos)...

Como curiosidad: nos encontramos una máquina expendedora de tarros de miel natural de una granja próxima pero, como habíamos cenado muy bien en una tasca post-soviética (a precios de la época, o sea, muy barato) y después nos habíamos comido un waffle con chocolate del tamaño de una rueda de bicicleta, pues ya no teníamos hambre:

Al día siguiente y tras un opíparo desayuno (que rematé con una galletita digestive, para equilibrar, jajaja), vino el plato fuerte de las visitas (¿plato fuerte? Si al final la fama de tragones la tenemos merecida, jeje): la basílica de Filipópolis y sus decenas de impresionantes mosaicos. El primer piso tenía unos preciosos y muy neutros mosaicos de la época civil original que luego los cristianos intentaron cubrir con pavos reales y demás metáforas:

Después nos fuimos a disfrutar a solas del bonito teatro romano, que aún conserva la numeración de las gradas:

Rematamos el día en el museo etnográfico, aprendiendo que los búlgaros también tienen gaita aunque bastante más grande:

Aún nos quedan unas cuantas paradas y anécdotas en este road trip. ¡Permaneced atent@s a las actualizaciones del blog!

Rila y Sofía

Tras un largo día laborable y un vuelo que salió con retraso, conseguimos llegar a la capital búlgara para dormir y recuperar fuerzas. Así que empezaremos aquí nuestra narración por el auténtico comienzo del viaje: el monasterio ortodoxo de Rila. 

Tras dos horas de coche, que me permitieron estudiar cirílico y empezar a leer emocionada los carteles de la carretera :P, llegamos al corazón del Parque de los Siete Lagos (un Picos de Europa búlgaro). El monasterio, aunque reconstruido en el siglo XVIII, destaca por su exuberante decoración de pintura al fresco, tanto en el interior de sus edificios como en el porche exterior de la iglesia:

El momentazo tú-y-yo llegó por vía olfativa: justo detrás del complejo descubrimos una minúscula tasca con "pan del monasterio", un riquísimo y esponjoso bollito cubierto de miel (junto a un café más que aceptable para ser de máquina expendedora):

Regresamos a Sofía para callejear por su centro histórico (muy mal señalizado). Mi parte favorita, claro está, fueron los restos de la antigua Serdica romana, algunos mejor excavados que otros. Esta calle, por ejemplo, hoy conduce a la estación de metro:

Pero también visitamos la iglesia de Santa Petra, la Plaza de la Tolerancia (con templos de 3 religiones distintas), la rotonda de San Jorge (que está en el pario del Ministerio de Educación), el "largo" o avenida de edificios gubernamentales, el antiguo palacio real y los antiguos baños termales que, para disgusto de Click, hoy son un museo...

También entramos en la catedral Nevski, que luce así de nueva y fea desde el parque (pero no se lo digas a la malhumorada keka de la limpieza y, sobre todo, ¡no le pises lo fregao!):

Nos vamos al Boulevar Vithosha, que es la zona de compras y hostelería. Como el viaje coincidía con las vacaciones de Semana Santa, no tuvimos más remedio que comprarnos un huevo de Pascua XD

Fuimos paseando (y sufriendo el pésimo gusto en el vestir de los kekos de este país) hasta el horróspido Palacio Nacional de la Cultura, de época soviética (con eso ya está dicho todo, ejem).

El parque que le rodeaba era bastante agradable pero finalmente decidimos volver a Vithosha y buscar donde cenar una de las típicas super parrilladas búlgaras:

Visto así, parece que lo único que hicimos en todo el día fue comer... Y la verdad es que acabamos con una buena fartura, jeje. Pero para conocer bien un nuevo país, es necesario conocer su gastronomía, y en eso Click y yo solemos sacar sobresaliente, ejem. 

Bulgaria _ a road trip

Sabíamos que echabais de menos nuestras narraciones "sobre ruedas" así que, mientras esperamos poder embarcarnos de nuevo, aquí tenéis el índice de etapas en nuestro road trip más reciente: Bulgaria, la tierra de los tesoros tracios (como los de esta foto, jeje). 

1. Rila y Sofía

2. Camino a Plovdiv

3. El Mar Negro y otras peripecias

¿Estáis preparados? ¡Pues en marcha!