domingo, 26 de mayo de 2019

Finde rugbier

¡Hola lector@s! De nuevo hemos tenido un fin de semana de los nuestros, es decir, de no parar. Y además esta vez hemos estado acompañados de mi hermano. ¿La razón? No es que se necesite una concreta, pero es que se disputaba la final de la Liga Heinecleckn de rugby entre los dos equipos pucelanos SilverStorm El Clackvador y VRAC Quesos Entreclicknares.

Nos encontramos con Koplick en Valladolid donde paseamos por su zona centro, tomamos unas buenas tapas en lugares pintorescos y disfrutamos unos riquísimos helados. Con los estómagos llenos pusimos rumbo al Cleckcleck Rojo donde había kek@s y kekit@s a montones. ¡¡Qué ambientazo!! Conseguimos unos sitios con buena visibilidad pero a pleno sol; menos mal que íbamos bien preparados con nuestras gorras:


Poco que decir acerca del encuentro porque los chamizos desde luego que no jugaron su mejor partido y perdieron merecidamente. Enhorabuena a los queseros por su victoria en el campeonato liguero y esperemos que el año que viene cambien las tornas.

Tras el partido nos fuimos a casa donde disfrutamos de una muy rica cena preparada por Clicka, más helados y una muy buena charla.

¡Gracias Koplick por la visita! ¡Nos volvemos a ver enseguida!


domingo, 19 de mayo de 2019

Nápoles y el Vesubio

Carnaval de 2018 (sí, llevamos un considerable retraso en nuestras crónicas). Tras un super madrugón (6'15 de la mañana ¡y sin desayunar!) y un vuelo tranquilo en un avión lleno de profes :P llegamos a Nápoles. Como somos kekos experimentados, en lugar del caro shuttle, viajamos por sólo 1'5 euros en el mucho más pintoresco autobús de línea, que además nos dejó casi frente a nuestro hotel.

Con casi todo el día por delante, empezamos la visita cultural... comiendo! Spaguetti alla vongole, gnocchi alla sorrentina y, por supuesto, sendos expressos

Con las pilas bien cargadas, nos fuimos a recorrer el casco histórico: monumentos, pintoresquismo, belenes, gelatos (no recomiendo el de nutella), etc. 


Tras un breve descanso visitamos la "Nápoles Subterránea". No tenemos foto pero es muy recomendable y educativo (Click opina que la Edad Media hizo mucho daño... ¡pero los muñequinos  de las portadas son taaaaaaan monos!). Tras otro paseo hasta el hotel, terminamos la jornada viendo rugby


Al día siguiente visitamos Pompeya, pero eso se merece una entrada propia. Tranquil@s, sólo tendréis que esperar unos días.

Así que saltamos al lunes, cuando el tren circumvesabiano nos llevó hasta Ercolano (sólo 20 minutos de trayecto), donde un bus nos acercó hasta las faldas del famoso Vesubio. Para mí ya era la segunda visita y pude observar con cierto disgusto que las cosas han cambiado un poco... La visita no fue tan completa y memorable como la del Etna, pero también sirvió para ampliar mi colección de piedras volcánicas:



De nuevo en Ercolano tuvimos que hacer tiempo antes del tren de regreso a Nápoles. ¿Qué mejor manera que con otro par de expressos? ¡Y qué expressos! ¡Los mejores que hemos probado nunca! Y eso que la "tasca" no parecía muy atractiva...


Comimos en el barrio español (que de peligroso sólo tiene la fama): bruschettas, más spaguetti vongole, spaguetti mazerana e invitación a limoncello. Tras ello y como diluviaba (bueno, y porque en realidad era el plan) visitamos el Museo Arqueológico Nacional, de donde salimos encantados.

Para cenar, de nuevo en el barrio español, tubettoni con pez espada y paccheri con langostinos. Vamos, que no nos cuidamos nada mal...


martes, 14 de mayo de 2019

Estudiando a los kekos del Renacimiento


Este curso sólo he mencionado un par de veces las clases pero no penséis que nos lo estamos tomando con calma, ¡ni mucho menos! Está siendo un año de nuevas experiencias educativas (arriesgadas pero muy exitosas) que sin duda repetiremos en un futuro. Mientras tanto, aquí os dejo una imagen de una de las actividades "tradicionales": estudiar en detalle a uno de los grandes genios de la Historia del Arte, quien además ya había aparecido por este blog...

¡Atentos este finde, que iniciaremos una nueva crónica viajera!



domingo, 5 de mayo de 2019

Cruzando el charco

¡Hola a tod@s! Lo sé, llevamos unos días sin actualizar este blog y seguro que ya estabais impacientes, pero el retraso tiene una razón más que justificada pues aprovechamos el mega-puente de mayo de Clicka y mis días de vacaciones para visitar a la familia yankee. Ha sido cortito pero intenso y aprovechando que el jet-lag me está dando un respiro os cuento un poco todo lo que hemos hecho.

En el aeropuerto nos estaban esperando los tres con muchos nervios, sobre todo la pobre Oclickvia que tenía muchas ganas de ver a sus tíos. Fue una alegría muy grande encontrarnos todos a ese lado del océano.

El primer día no nos quisimos alejar demasiado de casa por si nos daba el sueño así que, mientras la sobri estaba en el cole, los demás nos acercamos a la famosísima universidad de Harvard para pasear por su campus entre estudiantes que se graduaban y otros que estaban trabajando en ello...


Luego nos acercamos al MIT donde trabajan todos esos nerds que salen en los libros que yo estudiaba y que suelo utilizar. La verdad que fue bastante emocionante caminar entre esas aulas y despachos.


Y tras un rico almuerzo dimos otro paseo por el bonito barrio de Somerville para ir a recoger a Oclickvia a la salida de clase.


Al día siguiente Clicka y yo nos acercamos al centro de Boston para hacer algunas compras y recorrer las rutas históricas de una de las ciudades más antiguas de EE.UU. Sin duda lo que más nos gustó fue Beacon Hill con sus casas de ladrillo, sus flores y sus cuestas.


Ya de vuelta en casa hicimos lo que realmente habíamos ido a hacer: pasar tiempo con la familia. Y qué mejor manera que jugando con la sobri y sus muñecas:


Y para acabar esta visita express el último día nos acercamos al coqueto pueblo de Concord donde dimos un bonito paseo y comimos en una terraza algunos de los platos típicos del lugar: sopa de almejas (Clicka) y mega-hamburguesa (un servidor):


Ha sido una escapada estupenda y que sin duda da mucha pena cuando se acaba pero que sirve para que la tristeza por estar tan separados sea un poco menor. Gracias a nuestros anfitriones por acogernos con tanto cariño y lo que siempre digo... ¡Ya queda menos para vernos otra vez!