Decíamos ayer... que este cumpleaños Click había recibido unos regalos muy especiales. El primero se trataba de un vale canjeable en el spa cervecero de Alicante. Sí, fue exactamente lo que estáis pensando: meternos a remojo en un enorme barril de cerveza porque no-sé-qué de los flavonoides y taninos del lúpulo y su efecto astringente y antiinflamatorio en la piel... La cuestión es que fue divertido y relajante (para nosotros, para la pareja de enfrente, a quienes se les cayó el móvil dentro de su barril, lo dudamos) y además Click tenía el grifo al lado para seguir bebiendo cuanto quisiera. Salimos de allí en zeppelín, jajaja.
La otra parte del regalo consistió en regresar a Guijuelo para visitar una fábrica de jamones y embutidos. Ya la entrada a la tienda era toda una declaración de intenciones, para gran alegría de Click ;)
Fue una visita guiada muy interesante, aprendiendo todo el proceso de elaboración del picadillo y de los embutidos. Pero lo mejor fue ver esas salas llenas de jamones en pleno proceso de secado y maduración. ¡Qué rico olía todo! Aprendimos muchísimo y rematamos con una magnífica cata. Había kek@s muy sosos (¿a qué fueron, si no comían?) pero nosotros, y una joven pareja de burgaleses, nos pusimos tibios; nuestro guía/cortador no daba abasto a sacar bandejitas de este manjar que, tal como pudimos comprobar, Click sabe cortar magníficamente, potenciando todas sus propiedades organolépticas ;)
A la vuelta intentamos tomar un café en Puente Congosto pero fue misión imposible y tuvimos que conformarnos con hacernos unas fotos en su ruinoso castillo:
¿A vosotros también os gustan este tipo de regalos o sois más convencionales?
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