jueves, 11 de julio de 2024

La Albufera (y otros pueblitos con encanto)

Aunque Valencia capital tiene sus propias playas (como la célebre Malvarrosa), es mucho más agradable acercarse al Parque Natural de La Albufera, cuyo nombre se debe al inmenso lago natural de agua dulce, que se sitúa en frente del mar, delimitando una estrecha franja de arena, dunas y pinadas:


Además de darse un chapuzón, o ver los arrozales, también se pueden hacer pequeñas rutas para conocer la flora arbustiva típica del Mediterráneo. Y "pequeñas rutas" es la definición correcta pues algunas son apenas 800 metros... Vamos, que tenemos mucha más variedad botánica en casina, jeje:


Ya que estamos en ruta, recomendamos también visitar el pueblecito de Bocairent, que luce así de bien desde el mirador del jardín:


Parada obligatoria para nosotros: Onil. Con un pasado espléndido en la industria juguetera, en la actualidad muchas de sus empresas lo están pasando mal (l@s kekit@s ya no juegan, sólo quieren tablets y smartphones, ¡bah!). Una pena que no nos dejaran entrar, pues aún recordamos lo bien que lo pasamos en nuestras visitas a las fábricas de Malta y Núremberg


Una marca que sí admite visitas es la centenaria chocolatera de Villajoyosa, con recorrido por la fábrica, el museo y, por supuesto, cata final. No es nuestra variedad favorita pero, aún así, nos pusimos tibios, jajaja:


Un pueblito muy coqueto e instagrameable es Altea. Yo me hice la foto con la iglesia local (y eso que no tenía muñequinos), pero tiene callecitas y rincones muy bonitos:


Sólo nos queda una parada en este viaje pero viene con sorpresa así que... ¡muy atent@s a las actualizaciones!



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