Decíamos hace poco que nuestra última visita a la capital pucelana fue intensa y fructífera porque, además, Valladolid acoge dos museos bastantes peculiares (¡y muy completos!). Ya os hablamos hace tiempo del Museo Africano que alberga el Colegio de la Santa Cruz, en cuyo bonito claustro renacentista también podemos ver el primer reloj moderno de la ciudad, construido en 1855 y que aún funciona a la perfección (según Click, es similar al de cierta y famosa saga televisiva, jaja):
Pero hoy comenzamos por el complejo de los Kekos Agustinos. El oratorio dedicado a San Juan de Letrán se encuentra en un ángulo extraño, como corresponde al Barroco:
Lo importante es que su edificio principal, que incluye este espectacular patio, engloba el Museo Oriental, compuesto por las colecciones que los misioneros conformaron durante sus años de expolio por el continente asiático, y algunas donaciones privadas más modernas:
En las salas dedicadas a China, además de valiosísima cerámica Ming, también había algunas piezas muy curiosas, como este bonito costurero del siglo XVIII que no tiene nada que envidiar a cualquier maestro de la clockstura. ¡Si es que no hemos inventado nada!
Filipinas y Japón también estaban bien representadas. Las katanas y las auténticas armaduras de samuráis hicieron las delicias de Click:
Como el día se presentaba intenso, hicimos una muy satisfactoria parada gastronómica en un nuevo y coquetuelo local del centro, donde comimos unos riquísimos buñuelos de bacalao...
...una rica lubina y una, como podéis ver, estupenda hamburguesa (aunque no fuera de las mías, jeje):
Pero, ¿no hubo paseo? ¡Pues claro que sí! Volveremos en breve con el itinerario monumental urbano de Pucela, no os preocupéis ;)
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