Cuatro soleados días en una ciudad tan reconstruida como Lyon, a nosotros nos bastan y nos sobran ;) así que el sábado decidimos subirnos a un tren y acercarnos a Vienne, una localidad a apenas 30 kms al sur de Lyon y también a orillas del Ródano que, tradicionalmente recibe el distintivo de ser uno de los pueblos más bonitos de Francia. Pues bueno.
A ver, que la catedral de San Mauricio no está mal (aunque también la han "retocado)...
...y "conserva" el templo romano de Augusto y Livia, pero en medio de un parquecito infantil, con eso ya os podéis hacer una idea de su estado (hay piezas auténticas tiradas en el césped porque no sabían donde colocarlas, ejem). Lo gracioso es que nos tomamos un café y un "pain au chocolat" justo enfrente, en un bar llamado "Tutatis", jejejeje:
El estropicio que le han hecho al "teatro romano" no merece ni siquiera que lo retrate, grrrrr. Donde sí que hice algunas fotos graciosas (y eso que no eran gochinos) fue en el claustro de Saint André le Bas:
De regreso a Lyon, nos esperaba una sorpresa: ¡¡¡una tremenda granizada!!! No nos quedó más remedio que refugiarnos, ¡oh, casualidad!, en una estupenda (y auténtica) gelateria italiana donde hacer tiempo antes de ir al cenar al Clackpiano, una franquicia que conocemos bien de tiempos suizos:
Con este buen sabor de boca despedimos, ahora sí, la narración de otra de nuestras estupendas escapaditas. Si es que estar de vacaciones es lo que mejor se nos da, ¿verdad, Click?
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