Hace poco fue el cumpleaños del Click y, como os decía, el regalo principal tendría que esperar un poco. Y es que se trataba de un viaje a Lyon, bonita ciudad francesa donde nacieron los hermanos Cluckmière, pioneros del cine. Precisamente por eso, aquí está un museo del cine muy especial: el de efectos especiales.
El itinerario empezaba con toda una declaración de intenciones: el coche de Keko Potter o uno de los personajes de la saga galáctica más famosa de las pantallas (y eso que no era la primera vez que se lo encontraba, jeje):
La diferencia es que aquí atesoran los auténticos trajes, máscaras y objetos que se usaron en películas tan míticas como los Cazafantasmas...
...e incluso bocetos y story-boards sobre la creación de sus ectoplamas:
Otra sala muy emocionante era la que lucía el auténtico patinete volador que Keko McFly, el intrépido viajero del tiempo gracias al excéntrico Doc:
Click se había llevado su propio patinete volador así que ¡mirad qué feliz está! ¡Qué gran momento! Creo que acerté con el regalo...
Pero el plato fuerte, y auténtica razón de haber escogido este destino en concreto, fue... ¡el auténtico casco de Clack Vader! ¡¡¡Woooowww!!!
Como yo no sabría describir la complejidad e intensidad de emociones experimentadas por Click las tres veces que visitó esa sala, mejor os dejo con un documento gráfico que lo resume:
PD. Yo pude conocer al bebé T-Rex de Parque Jurásico así que para mi también fue una visita provechosa ;)
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