Tras las estupendas vacaciones disfrutadas, aún nos quedaban fuerzas para darle un toque "Tú y Yo" al largo camino de regreso a casina. ¿Cómo? Pues haciendo que la hora de comer coincidiese con la llegada a Vitoria-Gasteiz, capital vasca que aún no habíamos pisado.
Se trata de una bonita ciudad, con un tráfico bastante caótico y un bonito casco histórico. Empezamos subiendo por la calle de la Burullería, cuyos edificios de aires medievales enmarcan una plaza mucho más moderna:
Catedrales tiene dos, ambas dedicadas a María, así que las llaman "la vieja" y "la nueva" (¿para qué complicarse?). Entre las obras de restauración de la vieja y el congreso de sotanas, no pude hacerle una foto decente a los muñequinos de la portada (aunque era gótica, así que puede quedar convalidada, jeje):
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