Faro es la capital de la soleada Algarve, la provincia más meridional de Portugal, con temperaturas que en esta época del año rondan los 16-18ºC. ¡Qué gustito! Fue un enclave muy importante en las épocas romana y musulmana, aunque actualmente su casco histórico no llama la atención (fijaos que catedral más sosa...):
Pero aquí habíamos venido a celebrar el fin de año y, aunque no nos apuntamos a un cotillón propiamente dicho, sí que habíamos reservado mesa en un buen restaurante para cenar como la ocasión se merecía. El 7Cuts nos sorprendió con unos entrantes deliciosos...
...un primer plato de langostino tigre a la brasa con mousse de frambuesa (¡riquísimo! Me apunto la idea, que hay que repetirlo)...
...y unas brochetas de rape (pixín para nosotros, jeje), gambas y verduritas que estaban buenísimas. Hasta Click, que suele preferir la carne, se quedó satisfecho con ello:
Para el postre tuvimos que escoger (no entiendo porqué no podemos tener los dos en una noche tan especial, ejem) entre tarta de chocolate...
...o un red velvet brownie, aunque en ambos casos venían acompañados de una bola de helado, así que ¡bien!. Y todo ello con un ambiente muy relajado y tranquilo (había gente cenando en vaqueros y sudadera, nada que ver con el postureo y la tontería españolas):
Y como aquí vamos por el huso horario correcto, nos dio tiempo a regresar al hotel para comernos las uvas con las familias por videoconferencia y volver a salir para disfrutar de la cuenta atrás y los fuegos artificiales en el puerto, con los farenses y resto de turistas. Un paseo disfrutando de la orquesta y una buena noche de descanso remataron una jornada tan especial.
¡Feliz ano novo, Faro!
No hay comentarios:
Publicar un comentario