Ciao tutti!! ¿Acaso pensabais que no íbamos a seguir contándoos nuestras últimas vacaciones en la península Itálica? Es cierto que las presentamos hace unos días, pero es que tenemos tantas cosas que contar que apenas podemos seguir los planes que nos marcamos... ¡Pero basta de excusas!
Fue un mega-puente de Mayo de cinco días aprovechado al máximo ya que el mismo martes cerré el ordenador justo antes de entrar en la terminal de Barajas y ahí dio comienzo el viaje, sin casi tiempo a respirar. Parecía que nuestra llegada a Puglia iba a ser un poco accidentada ya que salimos con algo de retraso desde Madrid, pero el piloto pisó el acelerador y llegamos al aeropuerto de Brindisi a la hora estimada, aunque ya era de noche y lo único que pudimos hacer fue acercarnos a nuestro hotelito que era una villa cercana al aeropuerto muy coqueta:
Tras una reparadora noche, un agradable despertar con los dulces sonidos de los pajarillos italianos y un relajante desayuno en la terraza del hotel, empezamos a turistear. ¿Y qué mejor manera de hacerlo que con muñequinos de los que le gustan a Clicka? Así que justo al lado del hotel nos acercamos a la Chiesa Rettoria Santa Maria al Casale, con un montón de frescos y un claustro muy bonito:
Tras ese prometedor comienzo, recogimos el coche de alquiler y arrancamos el road-trip propiamente dicho, con la primera parada en el centro de Brindisi donde visitamos la Cattedrale di San Giovanni Battista, el Museo Arqueológico, los restos arqueológicos de San Pietro degli Schiavoni...
... la Chiesa di Santa Teresa (mejor no comentar como trataban a la susodicha), la Chiesa di San Paolo, la Chiesa di San Benedetto y su precioso chiostro...
... para acabar el recorrido monumental de esta bonita ciudad en la Chiesa di San Giovanni Al Sepolcro, circular, morada de los templarios y con un bonito jardín trasero lleno de frutales:
Pero en Italia, además de mucho que ver, hay mucho que comer, así que nos acercamos al lungomare con la idea de comer con vistas al mar, pero estaba todo lleno así que buscamos algo por el interior y sin duda que acertamos porque en un muy coquetuelo restaurante disfrutamos de antipasti variados y originales, spaguetti cozze vongole en papillote (Clicka), pasta con pez espada (el menda lerenda), muy ricos postres y los primeros expresos del viaje.
Con Brindisi check, nuestro siguiente destino era Otranto, viajando por la costa y haciendo paradas en las zonas pintorescas y llamativas del lugar. Pero con lo que no contábamos era con encontrarnos en mitad del camino con la Abbazia di Santa Maria di Cerrate; giro derrapante de 90 grados tipo Fittipalclicka para poder visitar esta preciosa abadía de entrada gratuita para las profesoras de Historia, pero no para el resto de profesores (ejem):
Esta abadía también fue en su momento una masería de aceite de lámpara y a Clicka le enseñaron algún que otro truco textil:
De vuelta en el coche, una nueva parada en el camino en el animado pueblo de Roca Vecchia donde paseamos por sus acantilados para poder ver la Grotta della Poesia y sus Faraglioni:
El día se acababa así que sin más paradas llegamos a Otranto, con apenas tiempo para dar un paseo nocturno y cenar ligero un gigantesco antipasti local, una puccia de pulpo y la joya de la corona: el SPUMONE, un helado denso relleno de galleta de cacahuete y chocolate, y bañado en amaretto; no voy a intentar describirlo más porque no hay palabras que le hagan justicia. Id allí, probadlo, y añadid vuestros comentarios.
Y en esa nube culinaria, volvimos al hotel a descansar muy a gusto, que todavía nos quedaba mucho por delante.
Por cierto, no sé si os habréis dado cuenta, pero ¿habéis contado cuántas iglesias llevamos ya? Al final hacemos recuento...
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