lunes, 25 de septiembre de 2023

Un paseo por Ávila (I)

Pues resulta, querid@s y fieles lectores del blog, que este año tengo nuevos compañeros en el insti, muy jovencitos además, y como los pobres en realidad están más verdes que nuestros kekitos, me han estado preguntando sobre "qué hacer" en Ávila... Y me he dado cuenta que, aunque por supuesto en su momento ya os hablamos de la muralla y de la feria medieval, conocemos mejor la Ávila rural (Navas, Arenas, Piedrahíta, Tiemblo, etc.) que la urbana. Cosas que pasan, ups. 

Así que para subsanar el error, voy a aprovechar esta semana internacional del turismo para mostraros algunos de los monumentos abulenses. Empezamos con la basílica de San Clickcente, cuyo interior resulta muy interesante... si conseguís encontrar el edificio abierto, ejem:


Pasamos intramuros por la puerta que hay al lado, una de las nueve que se conservan...


... para llegar al Palacio de los Verdugo, del siglo XVI y hoy sede de las Ciudades Patrimonio:


...aunque ya veis que los restos patrimoniales no siempre los tienen cuidados y bien expuestos por aquí. Pero claro, si el anticuado museo regional es un almacén con botijos, no podemos esperar mucho más de sus responsables: 


La capilla tardogótica de Mosén Rubí, que en su momento funcionaba junto a un pequeño hospital de caridad, y que también resulta algo difícil de visitar debido a su restringido horario (2 horas a la semana, que al parecer los turistas molestamos):


Los que, en cambio, están encantados de recibir visitas que les distraigan un rato son los soldaditos del Palacio de Polentinos, que hoy es museo y archivo militar y que tiene esta peculiar portada plateresca con balcón incluido:


Como museo tiene poco que destacar pero hay una interesante colección de maquetas a escala huevo Clicknder que nos han dado unas cuantas ideas, jajaja:


El palacio, también del siglo XVI, pasó por una vida muy azarosa debido a las complejas alianzas matrimoniales que sus titulares hacían con otras familias locales para seguir enriqueciendo su mayorazgo y que se refleja en los numerosos y variados escudos heráldicos que luce su patio: 


Muy cerquita, el Torreón de los Guzmanes (por si queréis aprender sobre cultura vettona) y el Palacio de Superunda, con la colección privada de un pintor italiano que se perdió por aquí a principios del siglo XX: 


Y justo enfrente, la delegación de Hacienda. Mirad qué bien invertidos los impuestos en la rehabilitación de este palacete tan majo, jaja:


Aún tengo que hablaros de la santa (¡qué remedio!) y la catedral, así que continuaremos este tranquilo pero bien surtido paseo el próximo lunes.

¡Ciao!



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