Lo que tiene vivir en una ciudad grande es que siempre hay cosas que ver y hacer. Y comer. Feria del vino, Feria de Alimentos de Valladolid, Concurso de Tapas o, como en este caso, la Feria del Dulce, donde pudimos desayunar a base de leche frita, torrijas, miel, chocolate...
Pero, ya que mencionamos las tapas, y sin necesidad de que sean de concurso, hay docenas de establecimientos donde disfrutar de unos pinchos así de contundentes:
Aunque seguimos explorando y probando, ya tenemos dos bares favoritos en los que ya empezamos a ser conocidos como clientes frecuentes. Y es que, ¡mirad qué pintaza tienen sus tostas! Damos fe de que las tapas de pulpo, de picadillo o de hojaldre con lechazo están de muerte. Y eso que la especialidad son las croquetas y las patatas bravas...
Tampoco hace falta agobiarse asistiendo al campeonato de burguers pijas porque, bien cerquita de mi trabajo, hay un sitio donde comer unas hamburguesas así de ricas:
Y si aún os quedan fuerzas, podéis probar una parrillada de costillas en alguna de las localidades de su alfoz, como Puente Duero:
¡Vaya farturas! Menos mal que tenemos unos buenos genes polímeros que nos permiten comer sin engordar ;)
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