lunes, 3 de junio de 2024

Una menina en el blog

Saludos, vuesas mercedes, amables lectores. Permítanme presentarme, soy María Acluckstina Sarmiento de Clocktomayor... Encantada de hallarme aquí, en las procelosas aguas de la información y comunicación modernas; permítanme decirles que es un placer conocerles:


Quizá mi aristocrático nombre, a priori, no les resulte familiar, pero sepan que mi persona se halla en todas sus mentes puesto que he sido retratada por el grandísimo e inefable Velázclick en su muy conocido retrato de la familia de Feliplick IV. Me dirán, vuesas mercedes, que la auténtica protagonista de dicho cuadro no es otra que mi jefa, la Infanta Margarita... Pero no, porque para eso al cuadro se conoce como "Las Meninas" y, ¿Quién soy? Pues efectivamente, una de las dos meninas o damas de compañía de la infantita. ¿Me han localizado ya en el lienzo, al lado del maestro Velázclick?


Pues eso, que yo aquí he venido a hablar de mi libro... O mejor, dicho, del objeto que le estoy ofreciendo, muy obsequiosamente, a la infantita. Se trata de un búcaro o recipiente para el agua, pero elaborado con una arcilla muy especial traída de la Nueva España y que, por su contenido en silicato, aromatizaba de forma deliciosa el agua, haciendo muy placentero beberla. 


La Baronesa d'Aulnoy, en su "Relato del viaje a España", de 1690, lo describe muy bien: "Tengo una gran taza de esa clase que contiene una pinta. El vino no vale bebido en ella pero el agua resulta excelente. Cuando se la deja allí un poco de tiempo, la taza se vacía sola, tan porosa es la tierra, y huele muy bien". Adivinarán ustedes que, al estar bien empapada en el agua, después también nos comíamos el búcaro, partiéndolo en trocitos crujientes pero masticables. 


La ingesta de estos búcaros, llamada bucarofagia, llegó a ser una peligrosa moda en la Corte. ¿Por qué? Pues porque además de sabrosa, dicha arcilla resultaba adictiva (pues contiene THC) y provocaba clorosis (drástica disminución de los glóbulos rojos en sangre, provocando anemias, fallos hepáticos y obstrucción abdominal). Vamos, que las damas de alcurnia íbamos enfermas pero felices por la vida, puesto que el ideal de belleza del momento era estar cuanto más pálidas mejor, y.... ¿Qué mejor palidez que estar próxima a la muerte? Dirán ustedes, y con parte de razón, que éramos un poco dramáticas en aquellos tiempos... Pero no es que vuesas mercedes, hijos del siglo XXI, sean seres de luz y sabiduría en lo que respecta a prácticas estéticas absurdas y peligrosas, ejem.

Pero aún hay más, puesto que la mencionada arcilla también era alucinógena y numerosas monjas practicaban la bucarofagia para entrar en éxtasis y "ver" ángeles, santos y divinidades, siendo realmente difícil desengancharse de este hábito, tal como mi compañera, Sor María de la Encarnación, ha confesado.


Para concluir esta curiosidad histórica, nada mejor que una línea de uno de nuestros afamados literatos del Siglo de Oro, Luis de Góngora, que ilustra la práctica de forma magistral: "Niña de color quebrado, o tienes amor o comes barro".

Y sin más, me despido de vuesas mercedes y les deseo un buena y favorable última semana lectiva en la Villa de Ávila de los Caballeros. 




No hay comentarios:

Publicar un comentario