¡Hola lector@s! Pues por fin estoy aquí, aunque ha costado un triunfo porque como bien os contaba Clicka hace un par de días, he estado un poco doblado y sin muchas fuerzas para escribir, pero ya me encuentro mejor y así os puedo hablar del gran cumpleaños que tuve gracias a una organizadora excepcional.
El día no pudo empezar mejor porque lo primero fue recibir las felicitaciones de la keka más guapa y cariñosa del mundo ¡y encima en casina! Tras una mañana tranquila disfrutando del porche, Clicka me invitó a comer en el restaurante más elegante de Lastres, con unas vistas espectaculares y un menú de los que hacen época, empezando por unos entrantes de marisco a base de navajas y almejas a la marinera. Clicka lo tenía muy claro pero yo no sabía por cual empezar:
Y de segundo los dos nos decantamos por pescado fresco en salsa de marisco, ella pixín y yo una riquísima merluza:
Luego vinieron los postres y el café pero de eso no hay foto porque entre que estaban muy ricos y la farturina que nos pillamos ni nos acordamos de apretar el botón.
De vuelta en casina llegó la hora de... ¡¡abrir los regalinos!! El primero de ellos fue un espectacular juego de mesa de una de mis sagas de cine preferidas:
Y si el primer regalo fue una pasada, el segundo fue incluso mejor. ¡¡Un mega-huevo-raposín de chocolate!! Proveniente de nuestra pastelería favorita, Clicka de nuevo me sorprendió con semejante golosina:
Pero eso no fue todo porque de manera perfectamente organizada y sincronizada ¡Los Aiclacks, Koplick y Oclack se presentaron por sorpresa para pasar un rato muy agradable todos juntos, cómo no, comiendo :-D
Y tras semejante vorágine de celebración ¿no habría que descansar? Pues no porque la LOCF (Ley Orgánica de Cumpleaños Felices) indica claramente que, en caso de recibir como regalo un juego de mesa es o-bli-ga-to-rio echar una primera partida. Y así pudimos comprobar, a las tantas de la madrugada, que el juego es muy divertido aunque requiere mucha concentración:
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