lunes, 20 de junio de 2022

Geoparque Katla y Glacial de Vatnajökull

¡Volvemos a Islandia! Hoy comenzamos con un accidentado desayuno "en casa"; accidentado porque lo que creímos que era un brick de leche para hacernos el café, resultó ser yogurth agrio que Click, como un campeón (enfurruñado), se comió con muesli (que tampoco era home-made :P). Yo opté por comer una docena de mini-magdalenas, jajaja.

Hoy va a ser un día "pasado por agua"... de cascadas! XD. Empezamos por Seljalandfoss, cuya peculiaridad es que ¡puedes caminar por detrás de ella!


Tras la Gljufrabuifoss (o cascada escondida), llega la gran y fotogénica Skogafoss:


Subiendo los 436 escalones del lateral, se accede al comienzo de una ruta (Trekking Laugavegur) remontando el río y disfrutando del impresionante paisaje. Completar los 24 kilómetros tiene premio, pues se llega hasta el glaciar Eyjafjallajökull (el volcán -jökull- que causó un caos aéreo en 2010).

¡Pero no adelantemos acontecimientos! Además, estos nombres tan raros me dan hambre. Menos mal que hoy conseguimos comer un más que decente potaje de cordero y zanahoria...



Seguimos en ruta pero añadimos una parada improvisada: el glaciar Myrdalsjökull, donde disfrutamos de un muy agradable rato tu-y-yo. Y es que estamos atravesando el geoparque Katla, que incluye varios volcanes y glaciares, y los Campos de Fuego de Laki, un volcán que en 1783 entró en erupción y estuvo expulsando gases y cenizas durante más de 6 meses, ¡llegando a cambiar el clima europeo!

Tras cruzar Skaftareldahraun (un campo de lava cubierto por una mullidísima capa de 30 centímetros de musgo) y el cañón de Fjadrareljufur, y dejar atrás una docena de cascadas, llegamos a nuestro B&B a las puertas del Parque Glacial de Vatnajökull.

En realidad, se trata de la tercera masa de hielo más grande del planeta. La ruta empieza en la bonita cascada Svartifoss, entre altísimas columnas basálticas:



Después hay que ponerse a caminar y caminar y caminar... hasta llegar al glaciar. Si prestas atención (y no hay ruidosos turistas franceses alrededor), podrás escuchar el sonido que hace el hielo al deslizarse y erosionar el terreno muy lentamente:


Seguimos caminando hasta Jökursarlon, una laguna en la que puedes navegar entre icebergs desprendidos del glaciar. ¡Incluso puedes comerlos! ¡oooohhhhh!


Cafetito rápido para entrar de nuevo en calor y de vuelta al camino. La cercana Diamond beach debe su nombre a esos icebergs que acaban arrastrados por la marea y quedan aquí varados, destacando sobre el negro de la arena volcánica. El fuerte oleaje hace que esta sencilla foto sea muy peligrosa de tomar pero, por suerte, el avatar de Click llegó a tiempo para rescatarnos y que no nos mojáramos (nosotros, al menos):


Para despedir un día tan intenso con buen sabor de boca, ¿qué mejor que cenar a base de langosta? No es que seamos unos pijos (que también), es que nos parecía una opción más local que la "islandic picada" a base de chorizo, jamón serrano y aceitunas (what the playmo???)



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