Una entrada recién "salida del horno" para contaros el finde especial que hemos pasado. Y es que, tras el largo parón del covid, Click por fin pudo volar de nuevo a Zúrich para ver a sus amigos. Pero lo que él creía que sería un finde tranquilo a base de carnaza y cervezas, al parecer se iba a convertir en algo más dinámico, nevoso y motorizado de lo previsto:
- Clicka, yo sólo quería llevar una maleta de mano. ¿Cómo voy a llevar los esquíes y demás parafernalia?
* Y no olvides que a la vuelta tienes que venir bien cargado de bombones y trufas...
Mi viernes empezó con un extra: como mis estudiantes de cuarto se iban de excursión con "el de gimnasia", yo entraba una hora más tarde, así que aproveché para tomar un buen desayuno que, por cierto, no sería mi único homenaje gastro:
Pero, caprichos aparte, tenía también responsabilidades matutinas: abrir las correspondientes ventanas del nuevo calendario de adviento:
Tras las clases, aún tuve que trabajar un poco en el despachín, preparando las Clicka-guías para los nuevos viajes planificados para 2023 (sí, ya hay billetes de avión reservados, ¡qué emoción!). Y después tuve que enfrentarme a todas esas cajas de madera que el frutero de nuestro barrio nos cede amablemente para preparar las astillas que iniciarán el agradable fuego de la chimenea en casina:
El sábado me fui a Salamanca, a una clase especial de mi nueva rutina de ejercicio y meditación. Sí, querid@s lectores, ahora hago hatha yoga:
+ Vamos con la uttanasana... muy bien, inspira...
+ Ahora levanta las piernas... más arriba... arriba...
* Pero ¿arriba adónde? No sabes lo que me estás pidiendo.
+ Relájate, inspira y sube las piernas... Namasté.
* ¡Ays!
Tras semejante paliza, que destensó todos los músculos, fui dando un largo y agradable paseo, pasando por delante del obispado Calatrava, un edificio construido por uno de los Churriguera para sacerdotes jubilados...
... hasta el Domus Artium, actualmente el museo de arte contemporáneo...
... pero que hasta 1995 era una cárcel, de la que aún quedan ciertas estructuras en el módulo principal:
De regreso a la estación de tren, aún tuve tiempo para una fugaz visita al Museo del Comercio, que ocupa el antiguo aljibe de la ciudad. Y eso es lo único que se puede decir de él, ejem.
Un día de lo más completo, ¿verdad? Pues el domingo aún tenía energía para ir a comer a Valladolid con "las chicas". La sorpresa del día fue una exposición inmersiva sobre Van Clochk. ¡Sí, estoy DENTRO del cuadro! ¡Ja!
Y en sólo unas horitas, Click estará de vuelta para contarme los detalles de su finde. Al parecer, además de divertirse y no haberse roto ningún hueso, también ha cotilleado un poco, jeje.
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