¿Cómo están es@s rugbiers? ¿Me echabais de menos? Si es así, con toda la razón pues bien es cierto que llego con una semana de retraso a compartir con vosotr@s la crónica de la tercera jornada de este torneo inigualable. Vamos, que he cometido una indisciplina, como las múltiples que vimos el pasado fin de semana...
Empezamos la jornada con un encuentro apasionante entre Escocia y Francia. Edimburgo acogió este duelo con el público entregado y el quince del cardo aguantando muy bien el empuje de los del gallo. Pero en el descuento del primer tiempo les bleus dijeron ¡hasta aquí! marcando su tercer ensayo y sentando las bases para imponerse con autoridad en los segundos cuarenta minutos donde los highlanders apenas pudieron oponer resistencia. Francia ha formado un combinado espectacular, que dominan todas las fases del juego, con un rugby champagne muy vistoso, y con jugadores increíbles que si ya son buenos individualmente, cuando juegan en equipo son imparables. Definitivamente, son firmes candidatos a pelear "su mundial" del año que viene. Escocia en cambio no parece continuar el gran juego de la primera jornada y ni siquiera las gaitas desde lo alto de Murrayfield acompañando al público durante el Flower of Scotland fue suficiente para llevar a su equipo a la victoria:
El sábado continuó con uno de esos choques que levantan pasiones (vamos, como todos en este torneo): Inglaterra contra Gales, en la Catedral del Rugby. Y éste es uno de los encuentros a los que me refería al hablar de indisciplinas al comienzo de esta entrada. Gales cometió muchas, demasiadas, faltas que permitieron a los de la rosa, patada a patada, irse al descanso con un 17-0 que ya resultó imposible de remontar, pese a que los dragones hicieron tres ensayos frente a uno de sus rivales. Hay que estar más concentrados...
Y el domingo vivimos el enfrentamiento entre Irlanda e Italia. Sin duda el favoritismo verde era claro pero aquí vivimos una situación, también propiciada por las indisciplinas, que yo nunca había visto y que ha sido muy comentada en las redes. Intentaré ir por orden para explicarlo bien (si es que yo lo he entendido correctamente). Sobre el minuto 9 el talonador titular de Italia se tuvo que retirar lesionado del partido siendo sustituido por el talonador reserva el cual, a los pocos minutos de entrar fue expulsado por realizar un placaje alto. Esta poco habitual casualidad propició que Italia no dispusiese de más talonadores que pudiesen formar la primera línea de las melés y que éstas se tuviesen que jugar sin empuje, es decir en el modo tira+saca. Y aquí es donde entra el detalle del reglamento en el que, para evitar que los equipos decidan usar el tira+saca por propia voluntad para contrarrestar el mejor trabajo del rival en las melés, se obliga al equipo que solicita este comportamiento a reducir en uno su número de jugadores en el campo. En resumen, con esa tarjeta roja Italia perdió dos jugadores lo que supone una importante desventaja, precisamente en las melés donde sólo quedan cinco jugadores para defender frente a los siete del contrario. Con esta situación el partido perdió mucho de su interés y, si bien los del trébol también se vieron descolocados y tardaron en reaccionar al nuevo escenario, se llegó al descanso con los verdes asegurando el bonus ofensivo. El segundo tiempo fue un mero trámite donde los azzurri hicieron lo que pudieron, terminando incluso con doce jugadores debido a una tarjeta amarilla a pocos minutos del final. Extraño encuentro sin duda.
Este año el torneo tiene un color francés muy marcado, aunque aún les queda visitar a Gales y disputar el Le Crunch en casa. Todo puede pasar...
Estos son los resultados de la tercera jornada:
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