Un día cualquiera en la peligrosa frontera britanna, una centuria sale del campamento para realizar unas maniobras rutinarias aprovechando el sorprendente buen tiempo. "¡Por fin una marcha bajo el sol y no bajo la fría lluvia de esta maldita isla!" piensan los legionarios...
...sin sospechar que en ese momento los ojos de dos avezados vigías pictos les observan desde la maleza:
Tras intuir la ruta que van a seguir los legionarios, esos vigías acuden rápidamente con la buena noticia al campamento que Boudica ha levantado en la montaña:
Aún desconocedores de la orografía local, los romanos se encaminan hacia un desfiladero estrecho y pedregoso, con pocas salidas y el peligro de piedras deslizantes debido a la humedad...
...es decir, es el lugar adecuado para tender una emboscada por sorpresa. Sólo hay que saber ser paciente y esperar el momento correcto...
... pero el repentino desprendimiento de varios guijarros alerta al legionario que va en cabeza y da aviso a sus compañeros: ¡cave hostibus! ¡cave hostibus!
Los pictos, al saberse descubiertos, no pierden el tiempo en maldecir su suerte y dan el grito de guerra para lanzarse al combate:
Las aguas bravas del río ya apenas se oyen, tapadas por el ruido de las espadas chocando, los gritos del centurión, los gruñidos de los soldados...
La experiencia y los muchos años de servicio en la legión son, sin duda, muy útiles en situaciones tan desesperadas como ésta. El centurión Marco Didio piensa ponérselo muy difícil a este picto armado con un enorme hacha. ¡No tiene ninguna prisa por irse al Hades así que venderá cara su vida!
Un par de legionarios consigue arrinconar a Gregor, uno de los más fieros y célebres guerreros del clan Mc Maltian...
...las cosas no pintan nada bien para él, parece que es sólo cuestión de segundos, pero no piensa darles a esos romanos la satisfacción de pedir clemencia. ¡Caledonia libre!, grita:
Y justo entonces aparece en lo alto del desfiladero su reina, pertrechada con arco y flechas, su arma favorita. La precisión y efectividad de Boudica con el arco empieza a ser famosa entre los romanos y desde esa posición tan ventajosa parece claro que tiene todas las de ganar:
Los legionarios toman una drástica y rápida decisión: Appio Terencio toca el córnice con la llamada a retirada y sus compañeros se repliegan en busca de refugio. Ya habrá otra ocasión para desquitarse de esta jornada...
Mientras, los pictos disfrutan orgullosos su victoria:
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