viernes, 9 de julio de 2021

La batalla del río Alier

Un día cualquiera en la peligrosa frontera britanna, una centuria sale del campamento para realizar unas maniobras rutinarias aprovechando el sorprendente buen tiempo. "¡Por fin una marcha bajo el sol y no bajo la fría lluvia de esta maldita isla!" piensan los legionarios...


...sin sospechar que en ese momento los ojos de dos avezados vigías pictos les observan desde la maleza:


Tras intuir la ruta que van a seguir los legionarios, esos vigías acuden rápidamente con la buena noticia al campamento que Boudica ha levantado en la montaña:


Aún desconocedores de la orografía local, los romanos se encaminan hacia un desfiladero estrecho y pedregoso, con pocas salidas y el peligro de piedras deslizantes debido a la humedad...


...es decir, es el lugar adecuado para tender una emboscada por sorpresa. Sólo hay que saber ser paciente y esperar el momento correcto...


... pero el repentino desprendimiento de varios guijarros alerta al legionario que va en cabeza y da aviso a sus compañeros: ¡cave hostibus! ¡cave hostibus!


Los pictos, al saberse descubiertos, no pierden el tiempo en maldecir su suerte y dan el grito de guerra para lanzarse al combate:


¡Comienza la batalla en el desfiladero del río Alier! Una batalla cruenta y sin cuartel...


Las aguas bravas del río ya apenas se oyen, tapadas por el ruido de las espadas chocando, los gritos del centurión, los gruñidos de los soldados...


La experiencia y los muchos años de servicio en la legión son, sin duda, muy útiles en situaciones tan desesperadas como ésta. El centurión Marco Didio piensa ponérselo muy difícil a este picto armado con un enorme hacha. ¡No tiene ninguna prisa por irse al Hades así que venderá cara su vida!


No hay piedad ni concesiones: los pictos se juegan su orgullo y su tierra; los romanos, el honor del Imperio. Deben darlo todo, luchar hasta su último aliento...


Un par de legionarios consigue arrinconar a Gregor, uno de los más fieros y célebres guerreros del clan Mc Maltian...


...las cosas no pintan nada bien para él, parece que es sólo cuestión de segundos, pero no piensa darles  a esos romanos la satisfacción de pedir clemencia. ¡Caledonia libre!, grita:


Y justo entonces aparece en lo alto del desfiladero su reina, pertrechada con arco y flechas, su arma favorita. La precisión y efectividad de Boudica con el arco empieza a ser famosa entre los romanos y desde esa posición tan ventajosa parece claro que tiene todas las de ganar:


Los legionarios toman una drástica y rápida decisión: Appio Terencio toca el córnice con la llamada a retirada y sus compañeros se repliegan en busca de refugio. Ya habrá otra ocasión para desquitarse de esta jornada...

Mientras, los pictos disfrutan orgullosos su victoria:




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