domingo, 23 de mayo de 2021

Atenas (I)

¡Hola de nuevo! Aquí estamos otra vez para comenzar en serio con la narración de nuestra aventura helénica que ya os presentaba Clicka en la entrada anterior.

Desde luego que Grecia ofrece infinitas posibilidades turísticas pero hay que empezar a lo grande, y para ello el mejor lugar es sin duda su perfectamente caótica capital: Atenas. Tras un buen madrugón, viaje en tren a Madrid, un vuelo un poco pesado y la primera experiencia con el transporte público griego, llegamos a nuestro hotel, que se encontraba bastante céntrico al lado de la Plaza de Omonia. Gracias a nuestras lecturas de las peripecias del Comisario Clackritos no nos sorprendió encontrarlo todo en obras... 

Tras descansar un poco en el hotel salimos a hacer un primer reconocimiento: Plaka, Monastiraki, Anafiótica, primeras vistas del Partenón... El día había sido largo así que cenamos pronto nuestro primer souvlaki en un puesto callejero y tras un par de magníficos helados volvimos al hotel a descansar, que el día siguiente prometía.

Y si para visitar Grecia hay que empezar por Atenas, para visitar Atenas hay que empezar por la Acrópolis. Haciendo uso de la Athena-Card que me había regalado Clicka por mi cumpleaños entramos bien prontito en el parque de la Acrópolis para tener tiempo de recorrerlo con calma. Fuimos pasando por sus emblemáticos lugares: el teatro, los propíleos, el templo de Atenea, el Erecteion (donde había una interesante pelea entre Atenea (que está en todas) y Poseidón):


Y por supuesto, el Partenón. Podría escribir mucho sobre ese monumento, pero lo mejor es que lo veáis por vosotr@s mism@s. En resumen, me quedé sin palabras pero no sin lágrimas:


Como era de esperar, Clicka me dio un poco de chapa histórica que como siempre fue muy interesante: las panateneas, la clasificación de los templos, los refinamientos ópticos... Además ella también disfrutó un montón pues pudo recordar su primera visita y aclarar ciertos conceptos con la especialista en el tema:


Y con semejante satisfacción cultural abandonamos la Acrópolis para visitar el resto de la ciudad: cementerio de Kerámicos, el barrio alternativo de Psiri (que antes era el barrio chungo) donde comimos mucho y muy rico, Monastiraki de día con su coqueta iglesia de Panaghia y la plaza de Syntagma, donde se encuentra el Parlamento griego bien vigilado por los evzoni ataviados con su peculiar uniforme:


Para completar el día pasamos por el Estadio Panatinaikos (el auténtico), recorrimos el museo de la Acrópolis (¡qué colección tan impresionante pese al expolio británico!) y terminamos paseando por el pintoresco barrio de Anafiótica y sus casitas blancas.

Y tras semejante paliza, vuelta al hotel a cenar un gyros y descansar.


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