sábado, 9 de noviembre de 2019

Clases de Historia en Polonia

¡Hola! Aquí estamos con nuestra más reciente aventura viajera: Polonia. Como os comentaba Click en la entrada anterior el pasado fin de semana (mega puente, más bien) aparcamos el rugby para disfrutar de unos días de frío.

Nuestra primera parada fue Cracovia, ciudad a la que llegamos tras un super madrugón (5:30 de la mañana!!! Muero...). Ya bien abrigados empezamos nuestro recorrido por el barrio judío de Kazimierz, que tiene bastante ambientillo y muchos locales para comer. Después llegamos hasta la enorme fortaleza del Castillo Wassel, que funcionaba como palacio y como centro religioso. La foto muestra la catedral, un batiburrillo de elementos y estilos. No me gustó. Del dragón escupiendo fuego no tenemos foto pero tampoco os perdéis nada, ejem.


Paseo por Stare Miasto (Ciudad vieja), el barrio de la Universidad (Clockpérnico anduvo por ahí) y aprovechando que a media tarde ya es de noche regresamos a la Plaza Nowy a probar uno de los tradicionales zapienkanka


Al día siguiente nos esperaba la visita principal del viaje: el campo de concentración de Auschwitz-Birkenau. Lamentablemente no nos causó el impacto que nos temíamos debido, entre otras cosas, a la masificación de turistas, la mala organización y lo impersonal del discurso de los guías. 

Pese a todo, es una visita obligada para aprender de los errores del pasado reciente y no repetirlos.


El viernes, optimistas como somos, recogimos el coche del parking (donde Click tuvo una cuasi fluida conversación en alemán con el keko de la garita. ¡Para algo han servido tantos años en Zürich!) y pusimos rumbo a la capital. Pero como resulta que la autopista está aún a medias de construir nos tragamos un atasco de los que no se olvidan. 

Finalmente llegamos a Varsovia y pudimos empezar la visita. A pesar de tener apenas 70 años (quedó prácticamente arrasada tras la guerra) nos gustó bastante más que Cracovia, ya que es más grande y tiene más ambiente en general. Visitamos Stare Miasto (con la escultura de la Sirenita Combatiente, que es símbolo de la ciudad), el gueto judío, los restos de la muralla, el Monumento al Soldado Desconocido, los bancos musicales de Chopin... 



El sábado visitamos los mercados de abastos y luego nos fuimos a recorrer toda la antigua zona soviética, con el Palacio de la Cultura y las Ciencias (tocho de 40 millones de ladrillos), el Ministerio de Censura, el supuestamente bohemio y artístico Barrio de Praga (una visita totalmente prescindible), etc.


Pero vamos a centrarnos en lo que importa. Al ser primer sábado de mes, debíamos aprovechar la ocasión para añadir otro sello a nuestro Pasaporte Gourmet. Empezamos con un gofre de frutos rojos. Sobran las palabras: 


Para la cena, aunque echamos un vistazo a los famosos Bar Mieczny (mal llamados "Milky bar" y que eran austeras tabernas para trabajadores soviéticos) al final nos decantamos por la cocina tradicional, con sendas tablas "sour rye soup":


Y los sabrosos y variados dumplimgs, que Click regó con cerveza local. Por mi parte, yo puedo decir que el vino polaco no es apto para paladares exigentes.


Aunque Polonia decepciona un poquito, y el invierno no es la mejor época para visitarla, fue otra escapada perfecta y llena de risas, a nuestra manera. 


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