Querid@s lector@s: ¡He vuelto! Pues sí, mientras Click volvía a quedarse "castigado" en la oficina, yo me fui de vacaciones con mi amiga Aniclack, cinco días por la Germania romana :)
Volamos a Luxemburgo así que aprovechamos para conocer la ciudad, ver el palacio ducal y comer junto a las casamatas Pètrusse. No está mal, pero no tiene mucho más que ofrecer así que fuimos a por nuestro cochecito de alquiler y cruzamos la frontera...
...y llegamos a Trier, la ciudad más antigua de Alemania. Fue fundada por el Clickperador Augusto bajo el nombre de Augusta Treverorum en el año 16 a.C. Lo primero fue visitar su famosa Porta Nigra (lo único que se conserva de sus antiguas murallas) y el resto de sus monumentos romanos, como la basílica de Constantino (que está en pleno proceso de restauración), las diferentes termas, el anfiteatro, el museo arqueológico con sus esculturas y sus mosaicos, etc.
Pero también tiene otros puntos de interés, como su impresionante catedral, que incluye este claustro tan bonito:
Frente a ella, sendos restaurantes donde se come estupendamente: en uno de ellos cenamos un auténtico menú romano, con varios platos preparados según las recetas de Apicio en "De re coquinaria" y en el otro hicimos una cata de vinos del Mosela, acompañados de una contundente tabla de productos locales:
Al día siguiente nos fuimos a Aachen (Aquisgrán), la capital del imperio carolingio. Tiene fuentes calientes de aguas sulfurosas, estatuas de lo más variopintas y, lo más importante, la impresionante Capilla Palatina de Carlomagno. ¡Mirad que contenta y emocionada estoy!
Sí, la imagen debería recordaros a Rávenna (Italia), viaje del que os hablaremos pronto (espero). Como curiosidad, la entrada es gratuita pero por sólo un euro puedes comprar la autorización para hacer todas las fotos que quieras. Y para comer, una suave crema de kartoffel y, por supuesto, sus riquísimas galletas aachener printen. No nos cuidamos nada mal...
Incluso nos dio tiempo a llegar a Colonia para visitar su imponente (y muy restaurada) catedral:
Pero la sorpresa fue la cercana San Gereón, una coqueta iglesia románica sin "muñequinos" pero llena de frescos:
El sábado, un pequeño road trip (en medio de una super concentración de kekos moteros, jejeje) por el Valle del Mosela, admirando sus típicos pueblos medievales como este de Bernkastel-Kues...
...o el castillo de Cochem. Además de, claro está, pasear por sus interminables viñedos y aprender a vendimiar:
Aunque con otro ritmo, este viaje ha sido muy interesante. Puede que repita en el futuro...
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