Como decíamos anteriormente, al terminar el relajante crucero por Halong Bay recibimos una llamada urgente de Mrs.Ha, nuestra agente de viajes en Vietnam: el vuelo interno que debíamos coger esa tarde con destino a Hue se había cancelado. Bueno, en realidad se habían cancelado todos los vuelos. El aeropuerto de Hue estaba cerrado por... ¡un tifón! ¿Y ahora qué hacemos?
Afortunadamente, Ha es una keka super profesional que ya nos había reservado una habitación de vuelta en Hanoi y un nuevo vuelo para el día siguiente, para el que (si todo iba bien) había que levantarse... ¡a las 5 de la mañana! ¡Pero si a esas horas no hay ni desayuno! Creo que este país me odia un poco :(
En cualquier caso, la tarde extra estuvo muy bien porque nos permitió conocer la zona juvenil de la ciudad y cenar (estupendísimamente) en un bar auténtico, sólo regentado por locales. ¿Cómo pedir comida cuando la barrera del idioma es infranqueable? Señalas la foto de la comida, indicas el número "2" con los dedos y sonríes. Y enseguida te traen un gran plato de noodles con marisco :)
Al día siguiente, y por increíble que parezca, conseguimos llegar sin nuevos contratiempos a Hue. Conocimos el pintoresco mercado callejero y visitamos la Ciudadela, que es Patrimonio de la Uclecksco a pesar de estar siendo reconstruida sin ningún criterio:
Tras un reconfortante baño en la piscina del hotel (lo del turismo de mochila se lo dejo a otros...), cenamos en un restaurante italiano porque mi sistema digestivo necesitaba un poco de normalidad occidental. Además de lo agradable del servicio, estaban de aniversario así que había buffet libre de postres. ¡¡¡Brownie!!!
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