Sin duda, el comienzo del día es uno de los puntos más fotografiados de Irlanda pero es que realmente lo merece: Cliffs of Moher. Eso sí, es mejor saltar la pequeña valla y pasear libremente al lado del acantilado:
La siguientee interesante parada fue la Doolin Cave y su enorme estalactita (más de 7 metros de altura y varias toneladas de peso). De regreso a la superficie visitamos el Burren National Park, una zona geológicamente peculiar y donde pudimos admirar este dolmen prehistórico:
Castillo de Dunguaire, en un entorno idílico:
Finalmente llegamos a Galway, una ciudad pequeña pero con muchísimo ambiente: turistas, estudiantes, japoneses cantando en japonés... Cenamos en un pub que casi pasaba desapercibido pero que servían una tarta de manzana casera realmente rica:
Sólo queda una etapa, ¿cómo pensamos despedirnos de Irlanda?
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