¡Aquí estamos! Preparados para contaros la siguiente aventura de nuestra super HoneyMoon... Pero para super, el madrugón que nos tuvimos que pegar: ¡Desayunando a las 6:30! ¿Qué? ¿Yo levantada a esas horas? Ni yo misma me lo creía... Click estuvo hablando durante todo el rato con nuestra parlanchina casera pero yo a esas horas no estoy para darle palique a nadie, grrrrr.
Pero era necesario puesto que las carreteras kiwis siempre guardan sorpresas que retrasan el viaje. En este caso fue encontrarse un tramo de carretera de sentido único que, además, estaba compartido con una línea de tren. Ejem.
Tras reponer fuerzas con un té y una super-cookie (hoy todo es "super", jaja) llegó el momento que justificaría ¡con creces! el esfuerzo del madrugón: el Fox Heli-Hike. Es decir: subirnos a un helicóptero con destino a un glaciar. ¡Wow!
Contamos además con una dosis de buena suerte puesto que las condiciones climatológicas se pusieron de nuestra parte (las dos excursiones anteriores se habían tenido que cancelar) y, bajo un precioso cielo azul y bien pertrechados, aterrizamos en la mitad del glaciar... Aunque queda más escondido entre montañas que el otro, es de mayor tamaño (12 kms de longitud, y eso que en los últimos años ha experimentado una regresión).
Nuestro guía, un auténtico sherpa nepalí, nos guió durante un par de horas por este espectacular escenario. ¡Incluso bebimos agua "fresquita"!
El día, sin duda, había sido increíble pero también agotador así que nos fuimos a nuestro nuevo B&B donde una casera muy hippy nos invitó a una copa de Oporto (creo que era lo más suave que tenía en su despensa). Como se puso a llover, desde el jardín ya no pudimos divisar el Monte Cook pero si que nos encontramos ¡un kiwi!
En breve, os contaremos otra peculiar jornada en las Antípodas. Permaneced atentos a la pantalla ;-)
No hay comentarios:
Publicar un comentario