¡Hola! Nos habíamos quedado hablando de los sulfurosos parques de Rotorua (la verdad, echamos de menos ese ambientillo). Pero no sólo de azufre viven los kekos: a pesar de la terrible deforestación sufrida en el siglo XIX y principios del XX, Nueva Zelanda es famosa por sus bosques y espacios naturales. Así que allí nos fuimos:
Muy cerca de la eatery estaba el Red Woods, o Bosque de Secuoyas. Claro, importadas desde California pero super bien adaptadas al mundo kiwi; tanto es así que crecen mucho más rápido de lo normal, jeje.
Y como dos valientes, paseamos por entre sus puentes colgantes, a unos 10 metros sobre el suelo (y otros tantos, o más, que continuaban hacia arriba). Miradme abrazada a uno de ellos:
Y del verde pasamos al azul... De nuevo en tierra firme, completamos la Ruta de los Lagos. El primero de ellos, el Tikitapu (o Lago Azul) donde además nos pegamos un refrescante chapuzón:
El Lago Tarawera, que nos permitió disfrutar de un paisaje idílico y un momento muy tranquilo, al estilo "Tú y Yo", observando a una familia de patitos:
Y finalmente, aunque fue realmente difícil de encontrar, el Rotokakahi (o Lago Verde). Su protección se debe a que es zona sagrada para los maoríes y no aceptan turistas. Pero nosotros no eramos turistas, sino honeymooners :-P
¿Qué nuevas sorpresas nos depararía esta fascinante región? ¡Estad atent@s al blog y lo descubriréis muy pronto!
No hay comentarios:
Publicar un comentario