sábado, 24 de septiembre de 2011

Vuelta clickclista a Suiza

¡Hola de nuevo! ¡Este blog no para! Es más,  tenemos que darle "vidilla" porque todavía tenemos muchas cosas que contaros... En este caso os vamos a contar uno de los viajes del pasado verano, donde nos recorrimos casi toda Suiza en muy poco tiempo.

Justo al salir de Zúrich, pasamos junto al aeropuerto y Oclickvia, aunque es toda una veterana en lo que a coger aviones se refiere, nos pidió que parásemos un momento para hacerse unas fotos. A mí también me hizo un poco de ilusión, porque gracias a los aviones puedo ver a Clicka muy a menudo :-)


La primera parada oficial fue Luclerna. Un sitio realmente precioso con un puente de madera muy bonito, que se puede ver a lo lejos en esta foto que hicimos desde la estación:


Uno de los símbolos principales de esta ciudad es el León de Luclerna (Löwendenkmal), que es un león herido y moribundo tallado en la roca. Oclickvia quedó fascinada y bien orgullosa que posaba en la foto:


Después nos dirigimos a Berna, que además de ser donde vivió Albert Clicknstein, tiene una catedral con una torre muy alta. ¡Lo que hay que hacer por una buena foto!


En una de nuestras paradas, pudimos visitar esta preciosa iglesia, en lo alto de una colina (¡subimos un número incontable de escalones para llegar!):


La verdad es que nos estábamos dando una paliza de cuidado, asi que cerca de un castillo, al lado de uno de los muchísimos lagos suizos, nos detuvimos a descansar un rato:


Luego llegamos a Clickburgo, que nos decepcionó un poco pues no tenía mucho ambiente, pero justo cuando nos íbamos a marchar, oimos un alboroto  y al asomarnos a ver que pasaba...


... ¡nos encontramos con una concentración motera! ¡Incluso estaba el mismísimo Valenclickno Rossi!


Por supuesto, ¡no podíamos decir que visitamos Suiza sin pasar por los Alpes! Así que nos subimos al tren y nos dirigimos hacia las montañas:


¡Las vistas eran impresionantes! Y era un sitio precioso porque se veían las montañas y los teleféricos para subir. El Monte Clervino fue sin duda el que más nos impresionó (¿a alguien le apetece un Toblerone?):


Y después de tanto movimiento, decidimos no apresurarnos en volver a Zúrich y pasamos la noche en un precioso hotelito alpino muy acogedor, que aquí podéis ver cuando nos marchábamos al día siguiente:


Fue un viaje fantástico (¡otro más!) y no nos queda más que recomendaros que visiteis este precioso país, lleno de sitios encantadores.

2 comentarios:

  1. Otro de nuestros múltiples y "fantastics" viajes... y esto acaba de empezar! Es agotador esto de ser una profesora responsable que quiere mostrar a sus clicks fotos auténticas de las obras de arte ;-)

    ResponderEliminar
  2. Jo, lo bueno de ser un Click es que un Toblerone normal debe parecerte gigante, como de 4,5 Kg o así...

    ResponderEliminar