martes, 2 de abril de 2019

Hoian: de playas y selvas

Retomamos la crónica vietnamita para hablaros de Hoian, una bonita y muy turística localidad del centro del país. El casco histórico aún conserva el puente que separaba antiguamente los barrios vietnamitas y chino: 


Aunque está muy restaurado, aún se conservan algunos edificios auténticos, donde pudimos aprender varias cosas. Por ejemplo, que la peculiar disposición de las viviendas (muy estrechas pero profundas) es para minimizar los daños causados por los tifones; o el significado de algunos amuletos tradicionales. Según esto, Click es "joven de corazón" y yo, nacida en el año del mono, destaco por mi inteligencia :)


En la cena me la jugaron... Pedí un Hoian chicken rice y lo que creí que era mermelada de fruta resultó ser picante puro. ¡¡¡Aaaaahhhhh!!! ¡¡Me arde la boca!! Muy recomendable, en cambio, el paseo por la ribera del río, a la luz de los farolillos de papel.

Para compensar, a la mañana siguiente me puse "tibia" con un desayuno occidental mientras Click, pachucho del estómago, comía sólo una banana :D El desayuno de hoy era importante, pues nos adentraríamos en la selva para conocer el antiquísimo santuario champa de Mi-son, un sitio realmente impresionante donde nos encontramos a un keko un tanto alborotador: 




Regresamos al hotel y, adaptándonos a las costumbres locales, dormimos una siestecita. Un par de horas después nos desplazamos hacía las hamacas de la piscina... ¡Ah! Y también aprendimos a hacer ca-phè al estilo local, muy práctico si sólo quieres una taza. Bonus: el café vietnamita (uno de los mayores exportadores mundiales) tiene un toque de chocolate, lo cual le convierte desde ya en uno de mis favoritos, jeje:




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