Hoy se celebra en Zürich uno de esos peculiares eventos suizos: la fiesta del Sechseläuten, con la que se celebra el paso del invierno a la primavera. Hasta ahí, todo normal. La cuestión es que la actividad principal es la quema del Böögg, un muñeco de "nieve" (algodón en realidad) al que se prende fuego esperando que su cabeza explote. Según la tradición cuanto antes explote, mejor será el verano pero si tarda en explotar, mal asunto.
Eso sí, el pobre muñeco no suele acertar. Y eso que los suizos hacen trampa y lo impregnan con acelerantes a ver si hay suerte...
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