Comenzamos el día en un shinkansen. En la estación de Hiroshima nos esperaba mi amigo Masanoclick para tomarnos un té y ponernos al día tras 10 años sin vernos.
Después nos dirigimos al Parque de la Paz. El museo es una visita muy dura pero es necesario aprender de ese lamentable episodio de la Historia para no volver a repetirlo. El parque tiene varios monumentos y símbolos (la llama eterna, las grullas de papel...) pero lo peor fue ver, aún en ruinas, el edificio sobre el que cayó la primera bomba atómica. Sobrecogedor.
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