lunes, 20 de junio de 2016

Siempre - siempre, Rico - rico


¡Hola! Seguimos con la boda o, mejor dicho, con la fiesta. Al finalizar la sesión de fotos con Mike, volvimos al hotel donde, tras la correspondiente lluvia de arroz, hicimos pasar a la familia a la elegante sala donde celebraríamos el banquete. ¿Queréis saber en qué consistió el menú?

Comenzamos con unos entrantes a base de un riquísimo carpaccio de pez espada (mmmmm), ensalada de tomate cherry y mozarella, calamares fritos y mejillones picantes...

Seguimos con una suave crema de queso gruyere y espárragos (mmmmm otra vez), a lo que siguió un primer plato de tagliatelle con jamoncito crujiente.

Con nuestros pequeños estómagos bastante saciados ya, nos enfrentamos al plato principal: un trío de pescado (salmón, atún y corvina negra) con un sabroso acompañamiento vegetal.

Pero...¡siempre hay sitio para un postre! ¡o para tres! Oficialmente, el postre era una tartaleta de limón con frutas del bosque que hizo las delicias de Click:


Pero, obviamente, no hay boda sin tarta nupcial. Y como no podía ser de otra manera, nuestra impresionante tarta era de chocolate con chocolate, haciendo las delicias de Clicka J:


Y sí, habéis leído bien: eran 3 postres, puesto que el regalo que hicimos a los invitados consistía en... ¡bombones de Sprünclick! Como véis, se trataba de una edición especial encargada días antes en Zúrich: 


Pero para especial-especial, el baile nupcial que nos marcamos. Aunque para eso tendréis que esperar unos días más, a que hagamos la digestión de tan pantagruélico menú.



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