lunes, 14 de octubre de 2019

Gelato!

¡Hola!

Vamos a aprovechar que ya se ha acabado la fase de grupos de este intenso Mundial para avanzar un poco en nuestras crónicas.

Ahora que ya estamos de lleno en el otoño parece un momento oportuno para recordar la escapadita gastrocultural que hicimos en Mayo de 2018 a Italia, un país al que siempre da gusto volver. 

La primera parte del viaje fue para Click: tras degustar unas magnificas pizzas en Anzola Emilia nos fuimos a elaborar nuestro propio postre. ¡Sí! Visitamos la fábrica-museo más famosa de la península para después disfrutar de una gelato masterclass totalmente personalizada en la que elaboramos un ri-quí-si-mo sorbete de kiwi. 


Mientras nuestra creación se enfriaba en la heladera, nosotros nos pusimos tibios de gelato: mandarina, lima con almendras, ricotta y cereza, etc. Insisto que esta actividad era para el total disfrute de Click, yo iba de mera espectadora. Ejem. 


Hicimos noche en Bolonia, una animada ciudad universitaria que nos gustó mucho (¡vaya ambientazo había en la Piazza delle sete chiesi!). Aquí estoy en la antigua sala de disección anatómica  del archiginnasio:


Al día siguiente, nueva actividad para Click: ver coches achaparrados. A pesar del GPS, que nos metió en medio de una finca privada (no nos salió el hortelano por entre los manzanos de casualidad...) llegamos a Maranello, un pueblo que vive de, para y por Il Cavallino rampante


Hice fotos a todo. Click, contentísimo, pedía fotos con cualquier coche rojo que veía (de todas formas, el más bonito era verde y se lo habían regalado a Cleackstwood, jejeje):


A partir de aquí la visita pasa al modo teacher, o sea, que me dedicaré a visitar un monumento detrás de otro, explicándole a Click con todo lujo de detalles la caída del Imperio Romano y todo lo que vino después. Os dejo un par de días para que vosotros también os vayáis mentalizando, jeje.



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