martes, 29 de octubre de 2019

De castillos y frescos

Ciao! Tras Bolonia y Rávena, vamos a narrar las últimas andanzas de este road trip por Italia. Empezamos por Ferrara. El castillo de la Familia Sforza es impresionante aunque sus frescos necesitan una restauración urgente: 


En Padua se nota su pertenencia a la región del Véneto: fijaos en la catedral con hilera de cúpulas, tan similar al Duomo de Venecia, jeje. De lo que pudimos ver en el interior mejor no os hablamos, que da bastante asco... Al salir huyendo de allí, nos "tropezamos" con la estatua del Condottiero Gattamelata:


Al día siguiente empezamos visitando Verona. Entre la carrera ciclista, el mercadillo bio y las hordas de turistas, aquello estaba a reventar. Y sin embargo conseguimos hacer esta estupenda foto de su anfiteatro:


Como recomendación: evitad la casa de Julieta y podréis dar un muy agradable paseo por el casco histórico, tendréis todos los monumentos románicos para vosotros solos.

Para comer nos acercamos a Sirmione, una preciosa localidad medieval (con su foso y su castillo) a orillas del Lago di Garda:


El último día visitamos Bérgamo, que resultó toda una sorpresa. Su zona histórica (Bérgamo alta) es una "pocholada" con sus callecitas empedradas, sus casitas antiguas, sus muchos monumentos románicos (el atrio cubierto del palacio arzobispal estaba lleno de frescos "con muñequinos de esos" que me gustan a mi, jeje)... Incluso nos tomamos el último expresso del viaje en una taberna ¡del siglo XV!


Aunque aún tenemos unos cuantos grandes viajes pendientes por contaros, muy pronto volveremos a Italia (¿a dónde? ¿cuándo? ¿por qué?). Y es que es uno de esos lugares a los que siempre puedes volver, ¿verdad?

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