viernes, 4 de junio de 2021

Por las tierras del Peloponeso

Querid@s lectores, ¿sabéis qué día es hoy? Pues sí, hoy es nuestro mini-aniversario así que para celebrarlo os hablaremos de los dos agradables días que pasamos recorriendo tierras helenas tras conocer Atenas y Delfos. No es mal plan ¿verdad? 

Empezamos el día visitando el animadísimo mercado central de abastos de la capital para, a continuación, comenzar nuestro road trip. Primera parada: Corinto y su impresionante canal, una obra de ingeniería que aún hoy asombra:


El plato fuerte del día sería Micenas, con sus murallas de aparejo ciclópeo y sus célebre Puerta de los Leones:


A pesar del calor, estuvimos un buen rato recorriendo todo el recinto acompañados de un guía de lujo: el mismísimo rey Aclackmenón quien aquí aparece con una tumba de corredor llena de tesoros:


Para comer, una ensalada con el queso feta más rico que habíamos probado nunca hasta ese momento. Con tan buen sabor de boca, continuamos nuestro periplo por Nemea, Argos y Tirinto hasta llegar a nuestra última parada del día: Nauplia, un adorable pueblito costero que nos recordó mucho al Cefalú de nuestra querida Sicilia y donde también pudimos cenar estupendamente a base de pescado.


Tras un excelente sueño y un reparador desayuno, visitamos su antigua fortaleza (Palamidi) que ofrecía una vistas así de magníficas:


Desde Nauplia aprovechamos a visitar Epidauro. Del supuesto museo (almacén, más bien) mejor no comentamos nada... El Teatro, en cambio, demostró mantener aún la acústica que le hizo famoso en la antigüedad:


Para comer decidimos arriesgarnos y abandonar la autopista para acercarnos a alguno de los pueblecitos de la costa. Al ser aún temporada baja, no ofrecían un ambiente muy atractivo pero... ¡encontramos la tasca más auténtica del país! Con deciros que el camarero parecía ser de la quinta de Sócrates... Y mereció la pena porque el pescado estaba fresquísimo. Vamos, que a mi la cocinera incluso me hizo entrar en la cocina para seleccionar el calamar que me iba a preparar. Por supuesto, fue el mejor escenario para probar un auténtico café griego.


Y ahora, lectores, vamos a hacer un nuevo alto en nuestra narración vacacional porque... ¡tenemos que abrir nuestros regalos! ¿Qué sorpresas y manualidades habremos preparado para sorprendernos este año? 


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