Seguimos nuestro periplo por el sur de Francia con Antibes, un bonito y coquetuelo pueblo amurallado a orillas del Mediterráneo. Su mayor reclamo turístico es el palacete de los Clickmaldi donde nuestro amigo Picasso pasó un estupendo verano a cambio de un par de dibujos. Espabilado, eh?
El paseo por el puerto fue muy agradable y además incluía una exposición de esculturas contemporáneas al aire libre, como esta gigantesca "Nómada" que Click consideró el marco ideal para asentarse y hacer patria:
Después de comer nos fuimos a Niza, donde habíamos reservado un hotelito con una magnífica terraza para disfrutar de los croissants del desayuno.
Pero para cenar decidimos ir a un italiano que, por algún problemilla en cocina, servían demasiado lento y para compensar nos invitaron a más vino y a chupitos de limoncello; consecuencia, regresamos al hotel en zeppelin :P Sí, tal como habéis adivinado, ahí nació la idea de elaborar sidroncello, jeje.
No hay comentarios:
Publicar un comentario